Era un día como cualquier otro en la tranquila aldea de Kumogakure, todo en su lugar y en orden, como siempre nuestro clima era muy nuboso pero no de esas nubes grises de lluvia que lanzaban la tormenta a las personas, sino que eran nubes puras y blancas como la nieve las cuales recubrían el entorno de la aldea que estaba situada sobre una gran cadena montañosa en el país del Rayo. Los aldeanos frecuentaban las calles de la aldea haciendo sus quehaceres de todos los días, regocijándose en la paz que se había creado tras la fundación de las cinco grandes naciones ninja diez años en el pasado, pero lo que no sabían era que todo esto era una máscara, un disfraz tras una horrible y oscura realidad que nos asechaba a todos los clanes en las diferentes partes del globo terráqueo. ¿Cuánto durarían estos momentos de paz y tranquilidad? ¿Cuánto tiempo podríamos decir que estábamos en equilibrio con las demás naciones?, nada era seguro a pesar de haberse fundado este regimiento, muchos continuaban con el oculto rencor generado por las décadas de la guerra entre clanes, muchos habían perdido seres queridos y camaradas en combate, generando un odio portador de la oscuridad que estaba siendo retenido por los contenedores de este...y estos contenedores eran las aldeas, con sus Kages al mando.
Yo me dirigía hacia la sala de misiones la cual estaba situada en un edificio adjunto a la mansión de la Raikage-Sama, lugar donde todos los días incontables ninjas iban a hacer su labor por la aldea y país, atendiendo pedidos de varias personas alrededor del mundo que necesitaban ayuda para sus tareas, algunas importantes y otras no tanto, todo esto era organizado por un sistema de rangos, el cual era gradualmente ascendente. Las misiones eran catalogadas por los Rangos: D para los estudiantes y gennins recien graduados, C para los gennins experimentados y chunnins recien graduados, B para los chunnin con experiencia en combate y dotes de buen liderazgo además de Jounnins recién ascendidos, A para los Jounnins que ya poseen un conocimiento avanzado del combate así como fortaleza interna, y por último el rango S el mas peligroso de todos solo conferido a aquellos ninja cuyo poder era cerca de ser reconocido como leyenda, dados solo para los Tokubetsu Jounnin de la aldea o guardias especiales ANBU.
Mis ropajes eran aquellos que yo usaba usualmente para combatir, era una armadura característica de mi clan en las antiguas guerras pero modificada en ciertos aspectos para que no se diera a notar mi ascendencia, no podía dejar que la gente de esta aldea, incluso la Raikage supieran que yo era del Clan Senju del Bosque. Cuyo Kekkei Genkai era conocido de los descendientes directos del legendario Rikudou Sennin, fundador de el Ninjutsu y toda la existencia del Chakra, su leyenda era contada en mi familia desde que tengo memoria.
Así entro a la sala de misiones en la cual se encontraban los mismos ancianos de siempre, entregando los pergaminos con distintos informes de peticiones, yo me acerco con paso decidido hacia el mostrador y con una mirada carente de expresión les dirijo mis palabras.
-Me gustaría que me otorgaran una misión de clasificación C por favor-
Me hecho para atrás un poco el flequillo de cabello que tapaba parcialmente mi frente, y espero a que los ancianos me respondieran entregándome la ficha de mi misión.
Yo me dirigía hacia la sala de misiones la cual estaba situada en un edificio adjunto a la mansión de la Raikage-Sama, lugar donde todos los días incontables ninjas iban a hacer su labor por la aldea y país, atendiendo pedidos de varias personas alrededor del mundo que necesitaban ayuda para sus tareas, algunas importantes y otras no tanto, todo esto era organizado por un sistema de rangos, el cual era gradualmente ascendente. Las misiones eran catalogadas por los Rangos: D para los estudiantes y gennins recien graduados, C para los gennins experimentados y chunnins recien graduados, B para los chunnin con experiencia en combate y dotes de buen liderazgo además de Jounnins recién ascendidos, A para los Jounnins que ya poseen un conocimiento avanzado del combate así como fortaleza interna, y por último el rango S el mas peligroso de todos solo conferido a aquellos ninja cuyo poder era cerca de ser reconocido como leyenda, dados solo para los Tokubetsu Jounnin de la aldea o guardias especiales ANBU.
Mis ropajes eran aquellos que yo usaba usualmente para combatir, era una armadura característica de mi clan en las antiguas guerras pero modificada en ciertos aspectos para que no se diera a notar mi ascendencia, no podía dejar que la gente de esta aldea, incluso la Raikage supieran que yo era del Clan Senju del Bosque. Cuyo Kekkei Genkai era conocido de los descendientes directos del legendario Rikudou Sennin, fundador de el Ninjutsu y toda la existencia del Chakra, su leyenda era contada en mi familia desde que tengo memoria.
Así entro a la sala de misiones en la cual se encontraban los mismos ancianos de siempre, entregando los pergaminos con distintos informes de peticiones, yo me acerco con paso decidido hacia el mostrador y con una mirada carente de expresión les dirijo mis palabras.
-Me gustaría que me otorgaran una misión de clasificación C por favor-
Me hecho para atrás un poco el flequillo de cabello que tapaba parcialmente mi frente, y espero a que los ancianos me respondieran entregándome la ficha de mi misión.