Me encontraba en el lado noreste de la aldea a tan solo unos 20 metros del almacén abandonado, ya habían transcurrido algunas horas desde que había recibido mi misión y era momento de hacer lo solicitado, definir la hora exacta sería difícil pero seguro ya eran más de las 22:30pm, el lugar se hallaba completamente abandonado, tal vez la mujer de la misión aparecería o tal vez no lo hiciera, pasase lo que pasase cumpliría la misión y volvería a poner en alto el apellido del clan Kaguya.

La brisa fresca de la noche refrescaba el calor que se hacía presente en el día, la luna se alzaba sobre la aldea y se podían observar algunas estrellas, la mayoría oculta por una que otra acumulación de nubes -Que linda noche en serio- susurré mientras alzaba mi mirada y observaba la luna, tan blanca y esplendida como siempre.

Saqué por fin la manzana de mi bolsillo, di un pequeño mordisco y volví a guardar la manzana, aquel sujeto por su parte había respondido mi pregunta aunque no era muy claro lo que quería decir -Bestia... mujer... desapariciones...- pensé mientras escuchaba lo que parecían ser las últimas palabras del hombre antes de dar un consejo: irme del lugar; sonreí ante aquello observando como el hombre se alejaba del lugar desapareciendo entre la noche.

Me giré y observe de nuevo el almacén, la luna fue tapada nuevamente por las nubes y una brisa un poco más fría se hizo presente -Esto me esta dando mala espina- suspiré mientras caminaba en dirección al almacén muy alerta esta vez de todo a mi alrededor, no me dejaría "asustar" por esos cuentos, tal vez se trataba de algún ninja muy hábil que usaba algún jutsu de ilusión para asustar a todos aquellos que se acercasen al lugar, debía averiguarlo después de todo.

Llegue a la entrada del almacén, se podía escuchar en el interior un rotundo silencio interrumpido levemente por algunas ratas que movían lo que fuera que estaba allí adentro, lamentablemente la puerta estaba cerrada y por más que quisiera forzar la cerradura eso conllevaría a un problema futuro -Tsskk- chistée mientras daba algunos pasos atrás para buscar alguna entrada extra.

La luna volvió a aparecer librándose de aquella nubes que la ocultaban y como si fuera mi guía en esta misión observé como la luz de la luna se reflejaba en alguna pieza de vidrio por encima de la instalación mostrándome entonces un destello en el techo del almacen, había una ventana superior. Me quite la blanca capa que delataba mi presencia en el lugar para quedar con mi uniforme negro, camuflajeandome en la oscuridad que se volvió a hacer presente.

Realicé un salto y me ubiqué cerca de la ventana, me acosté sobre el techo para no ser avistado y me acerque a gatas hacia la ventana para intentar ver el interior, en una esquina se hallaba una vela encendida.

Mi plan hubiera resultado de no ser por un pequeño detalle, las maderas que conformaban al almacen estaban muy  deterioradas al punto de no ser tan resistentes como lo hubiera deseado, al parecer mi peso era demasiado para la débil madera que de un momento a otro se astillo hasta romperse causando un gran ruido que sin duda hizo eco dentro del almacen -Infiltración silenciosa al almacen... fracasada- pensé mientras observaba desde lo alto las tablas en el suelo del almacen.

Hábilmente me había aferrado a uno de los bordes antes de caer pero a sabiendas que a lo mejor me encontrarían debido al enorme ruido me balancee con rapidez hacia la pared más cercana de recinto para luego soltarme del borde cayendo sobre la pared y deslizándome por la misma hasta tocar el suelo, me aferré a la pared ocultándome por las sombras.

Desde mi posición se podía observar claramente el hueco en el techo por el que entraba la luz de la luna alumbrando el pequeño montículo de tablas rotas, a pesar del ruido nadie me había visto.

Nadie había salido a investigar aquel enorme ruido de hace rato, era muy raro sin duda, estaba seguro que había visto una vela encendida en algún lado del almacen y si así era ¿Por qué nadie había salido a investigar el suceso?, el lugar volvió a llenarse de ese silencio incomodo, ni siquiera las ratas parecían hacer ruido.

Una brisa hizo eco a través del gran orificio del techo y de repente escuché el sonido de varios metales cayendo al suelo, aquel ruido hacía un eco desagradable en el lugar, definitivamente había alguien adentro y debía averiguar quien era por lo que movilizándome entre las sombras me dirigí al lugar de donde al parecer provenían los metales caídos, estaba muy alerta ante cualquier cosa.

Al llegar al lugar en cuestión observé algunas varillas de metal en el suelo más nadie se hallaba cerca, ni siquiera se podía escuchar los pasos o la respiración de alguien que no se la mía, aquello era extraño pero un escalofrió recorría mi cuerpo ¿Qué rayos se encontraba en este lugar?.

Aquello era muy extraño, había llegado al lugar más nadie se hallaba cerca, espere unos minutos en los que el silencio se hacía presente, tan solo podía escuchar mi respiración y los cortos pasos que daba buscando al que se encontrase dentro del almacén, más el silencio fue cortado nuevamente esta vez por algo mucho más pesado a algunos metros de mi posición, era como si un tambor de metal hubiese caído haciendo un eco mayor en el lugar.

Apesar del eco en el lugar pude encontrar el origen del sonido, se hallaba a tan solo unos metros de mi posición detrás de lo que parecían ser una enormes y viejas cajas de madera, corrí a prisa para encontrar al susodicho más mi sorpresa fue la de ver a un joven de al parecer 17 años con la banda de Suna pidiendo ayuda pues se hallaba aplastado bajo algunas placas de metal.

Me acerque rápidamente y comencé a usar mi fuerza para intentar levantar aquellas placas que sin duda eran pesadas, mi intención no era la de levantar totalmente las placas sino que se elevaran lo suficiente como para que el chico pudiese salir a gatas.

El chico al fin pudo salir por lo que baje lentamente aquellas placas de metal que lo apresaban anteriormente. Me giré hacia el chico quien en señal de agradecimiento por haberle rescatado no hizo más que inclinar su cabeza -No hay de que chico- respondí mientras le observaba un poco extrañado -¿Ustedes?...¿Acaso hay alguien más a parte de nosotros dos?- pregunté mientras giraba mi cabeza en busca de algún tercero en el lugar.

Regrese la mirada al chico ante aquella frase -Eso mismo deberías de decirme tu a mí, no crees que es muy tarde como para que estés fuera de casa- dije al chico con tono autoritario -Aunque ahora que lo pienso, creo que puedes ayudarme- dije mientras le observaba de pies a cabeza -Dime chico, ¿has visto o escuchado algo fuera de lo normal en este almacén?- pregunté sin más mientras le observaba con una mirada que reflejaba seriedad, ojala y el chico pudiera ayudarme.

Ante mi pregunta el chico asentó con la cabeza, al parecer si sabía o tenía idea de lo que pasaba realmente en el almacén todas las noches, saqué una pequeña libreta de bolsillo y espere a que me contara lo que al parecer se supone ocurría en el lugar.

Cada palabra que el chico soltase debía se anotada en la libreta, no podía dejar pasar ningún detalle mucho menos cuando nombro a una chica -¿Alice?... Alice....... Alice!!!- pensé mientras recordaba los rumores que escuche al regresar a la aldea, trataban de una chica que estaba perdida desde hacía un tiempo, todo parecía encajar más seguí anotando las palabras del chico para llegar a una conclusión más exacta.

La voz del chico pareció quebrarse al indicar que unos bandalos habían hecho algo con la joven que dio como resultado el distanciamiento de ambos chicos, detuve mi escrito para verle unos segundos, parecía querer llorar. El chico siguió hablando indicando que ella se encontraba en este almacén llorando -Ya veo- susurré, por fin todo encajaba, la mujer que lloraba por las noches no era otra sino la joven Alice.

Aquellas ultimas palabras del chico hicieron que me detuviera en mi escritura, noté como aquellas lágrimas rodaban por sus mejillas, guarde la libreta y coloqué mi mano derecha sobre su hombro -No te preocupes, esta noche estoy seguro que la encontraremos... confía en mí- dije sonriente mientras le observaba, quería transmitirle mucha más esperanza a aquel chico que se notaba muy preocupado por su amiga.

Al escuchar mis palabras aquel chico emboso una sonrisa, tal vez se alegraba de saber que todo estaría bien, el silencio volvió a invadirnos por unos minutos más hasta que de pronto un gran estruendo rompio la calma el cual vino acompañado de una voz -Alice- exclamó el joven antes de salir corriendo en busca de la chica -Esper...- dije mientras observaba al chico perderse nuevamente entre las sombras, de verdad que quería encontrar a la chica.

El misterio ya estaba resuelto y con ello la misión, más aquello conocido como pena ajena no me dejaba irme del almacén a hacer el reporte de mi misión, chistee y me dispuse a seguir al chico quien se encontraba parado algunos metros más adelante, sujetaba en su mano derecha una cinta roja que apretaba con fuerza a medida que unas cuantas lágrimas rodaban por su rostro hasta caer al suelo.

Frené mi carrera y me acerqué lentamente por detrás del chico colocando mi mano de nuevo sobre su hombro -El que hayas corrido a lo loco no significa que la vayas a encontrar así como así- dije mientras retiraba mi mano y ahora llevaba ambas manos a mi cintura -Debemos fijar un plan y...- mis palabras fueron interrumpidas cuando en segundos aviste un kunai que se dirigía hacia el chico desde nuestra izquierda, mis instintos me ayudaron pues con velocidad me arroje sobre el chico para protegerlo del ataque, siendo el kunai clavado sobre mi hombro izquierdo, no recibí mucho daño pues mi ropa estaba hecha de un material un poco más resistente que las normales, el ataque no parecía venir de la chica en cuestión pues al caer al suelo ubique rápidamente con la mirada a Alice justo frente a nosotros con un rostro que expresaba susto y terror, aquel ataque indicaba que alguien más se hallaba en el lugar.

Me levante poco a poco mirando de un lado hacia el otro buscando al agresor, el chico también comenzó a levantarse y aunque se mostraba sorprendido al ver a su amiga también estaba alerta, Alice aún estaba todavía al frente de nosotros pero su mirada era totalmente extraña, fijándome bien noté que la mirada de la chica estaba perdida como si estuviera inducida en un genjutsu.

Noté como el chico sentía ganas de salir corriendo hacia su amiga más coloqué mi mano sobre su hombro para que se detuviera -Espera, debes pensar un poco tus movimientos antes de actuar- dije al chico casi en susurró, sin embargo fue lo suficiente como para que el chico escuchara y asintiera con su cabeza en señal de que entendía lo que pasaba.

Tras unos minutos escuché unos pasos que se dirigían hacia nosotros, rápidamente lleve mi derecha hasta mi hombro izquierdo para tomar el kunai antes arrojado contra el chico en espera del agresor que seguía acercándose. De entre las sombras apareció frente a nosotros un ninja de Kirigakure, gracias a un tubo de luz por parte de la Luna pude notar la banda que portaba sobre su frente, por alguna extraña razón las luces del almacén se encendieron y aquel shinobi se detuvo justo debajo de la luz de una de las tantas bombillas del lugar, nos miraba con ojos de desquiciado y una mirada burlona -Al parecer encontramos al marionetista- dije mientras observaba que el chico tenía la intención de atacarle -Chico, yo me encargo de él, tu vigila a tu amiga- dije al gennin mientras éste después de asentir se quedo observando a la chica con un kunai dispuesto a contraatacar por si la chica realizaba algún acto hostil.

Me separé un poco del chico para tener mayor movilidad y después de una chillona risa y unas palabras aquel ninja arrojó unos 5 kunais hacía mí, sería fácil esquivarlos por lo que salté hacia un lado, sin embargo, puede observar gracias a la luz del almacén los cables que estaban sujetos a los kunais para luego observar como aquel shinobi realizaba un Katon: Gōkakyū no Jutsu que se dirigía directamente hacía mí -Rayos- dije mientras los kunais cambiaban su dirección impactando en mi pecho (2), hombro (2) y rodilla (1) y aquella bola de fuego hacia lo mismo causando una explosión de fuego, aquel shinobi de Kiri comenzó a reír estrepitosamente en señal de su rápida victoria, cualquiera diría que estaba acabado al ver mi cuerpo sobre el suelo, más entonces aquella expresión de gloria cambio por una de desagrado al ver aquella pequeña explosión de humo que rodeo mi cuerpo.

Disipándose el humo aquel ninja de Kiri pudo notar que en realidad sus kunais y técnica habían impactado en una caja de madera, había sido engañado de una forma estúpida, parecía molesto por aquel engaño tan básico -¿Dónde estás?… Aparece!!- gritó el ninja mientras intentaba ubicarme llenándose el lugar del eco producido por el grito para luego seguirle un silencio alarmante -Aquí estoy- dije en seco cortando la calma, me encontraba a sus espaldas con el kunai cerca del cuello del ninja, un solo movimiento y ese sería el fin.

El shinobi parecía sorprendido por aquello que había sucedido -Qui... ¿Quién eres?- preguntó el shinobi completamente asustado -Antiguamente fui conocido como el… Dragón del Desierto- respondí ante aquello acercando más el kunai a la nuca del sujeto -¿Dragón... del Desierto?- musito el ninja tragando saliva -Veo que me conoces, muy bien- … -Si me matas no conseguirás nada jajaja- … -Yo no haré nada, dejaré que los del departamento de tortura e investigación se encarguen y créeme, se divierten con tipos como tú- finalicé mientras retiraba el kunai del cuello y le daba un fuerte golpe a la nuca, dejando al shinobi inconsciente.

Al parecer todo había terminado, me acerqué al chico y coloque mi mano sobre su hombro, en respuesta éste bajo su arma, caminé hacia a Alice la cual seguía inmóvil y coloqué mi mano sobre su hombro a la vez que inyectaba un poco de chakra para desestabilizar su flujo de chakra y por consiguiente despertará del genjutsu en el que se encontraba.

Técnicas usadas:

Actual:
LF: 4300
CK: 4100
STA: 4300

Gasto:
Daitai gijutsu (120 STA + 100 CK - 24% de CK)
Golpe (30 STA)

Restante:
LF: 4300
CK: 4024
STA: 4150

Apenas la chica salio del trance y pudo visualizar al gennin no hizo más que abrazarle con lágrimas en los ojos -No te preocupes, me ayudaste aunque no lo creas- respondí al gennin mientras este seguía abrazado a su amiga -¿Qué será lo que estaba buscando en Suna?- suspiré al ver como aquel shinobi de Kiri se encontraba inconsciente sobre el suelo.

De repente, un estruendo retumbo en el lugar, era algo pesado sin duda, se encontraba a varios pasos de los presentes -Conque de eso se trataba- pensé mientras observaba aquellos barriles de oro tirados en el suelo. El gennin mostraba ser una persona de principios pues no le hizo caso al oro y después de hacer un gesto de agradecimiento salio con su amiga del almacén.

Caminé en dirección al shinobi inconsciente, le sujete ambas manos y pies con algunas sogas que se encontraban en el lugar, busqué por el lugar un cobertor enorme con el que tapar los barriles de oro, vamos que no quería que alguien se llevase el oro antes de que los altos mandos decidieran hacer algo con las piedras doradas, me regrese hacia el shinobi y revisando que no portara otra arma lo monté sobre mi hombro, pesaba bastante sin duda pero no era problema y así sin más salí del almacén tomé de nuevo mi capa y caminé por las calles de la aldea en dirección a la oficina del kage a dar el reporte de la misión.

Apenas la chica salio del trance y pudo visualizar al gennin no hizo más que abrazarle con lágrimas en los ojos -No te preocupes, me ayudaste aunque no lo creas- respondí al gennin mientras este seguía abrazado a su amiga -¿Qué será lo que estaba buscando en Suna?- suspiré al ver como aquel shinobi de Kiri se encontraba inconsciente sobre el suelo.

De repente, un estruendo retumbo en el lugar, era algo pesado sin duda, se encontraba a varios pasos de los presentes -Conque de eso se trataba- pensé mientras observaba aquellos barriles de oro tirados en el suelo. El gennin mostraba ser una persona de principios pues no le hizo caso al oro y después de hacer un gesto de agradecimiento salio con su amiga del almacén.

Caminé en dirección al shinobi inconsciente, le sujete ambas manos y pies con algunas sogas que se encontraban en el lugar, busqué por el lugar un cobertor enorme con el que tapar los barriles de oro, vamos que no quería que alguien se llevase el oro antes de que los altos mandos decidieran hacer algo con las piedras doradas, me regrese hacia el shinobi y revisando que no portara otra arma lo monté sobre mi hombro, pesaba bastante sin duda pero no era problema y así sin más salí del almacén tomé de nuevo mi capa y caminé por las calles de la aldea en dirección a la oficina del kage a dar el reporte de la misión.