Narracion del BOT: Señor Feudal del Rayo.
Un día como cualquier otro para el señor Feudal, ya que casi todos los días había aunque sea un pequeño trabajo del cual ocuparse y además de vigilar la aldea también debía vigilar a las personas que estaban encargadas de protegerla, como lo era el Raikage. No eran mas de las nueve de la mañana cuando el señor feudal del rayo ya se encontraba en su carruaje en dirección al despacho del Raikage, protegido por algunos ninjas mientras tomaba el te muy tranquilamente dentro de su montura. El solo radiante hacia presencia con su majestuosidad y a la vez imponiendo su poder al dar calor al planeta, pero ya siendo esto normal no había de que preocuparse.
Ya solo restaban algunos metros de camino para llegar al despacho del Raikage, por lo cual el señor feudal decidió que se bajaría del carruaje y seguiría a pie desde allí. Al entrar en el edificio con un paso suave y tranquilo, saludo generalmente y siguió adelante sin pedir permiso para pasar pues no era necesario que lo obtuviera para entrar, pues este era un asunto cotidiano que se hacia varias veces al años para revisar la eficiencia de lo que se hacia en la aldea pues con un mal funcionamiento nadie podía trabajar bien.
Antes de entrar en la oficina, el feudal avanzo hasta la puerta con una ligera sonrisa en la cara mientras tocaba la puerta para que le abriesen lo más pronto posible ya que luego de eso también tenía otros pendientes que debía arreglar, que aunque no fuesen muchos era de vital necesidad que se hicieran a tiempo. Ya que uno de los lemas principales de aquel personaje era la organización y el buen funcionamiento ya que creía que sin la buena funcionalidad ninguna organización tiene la oportunidad de funcionar correctamente, y curiosamente eso era lo que hoy el feudal revisaría.
El objetivo era algo normal que se había hecho ya muchas veces, pero en esta ocasión había un caso especial pues desde otras fuentes había llegado al oído del Feudal que no había una buena funcionalidad dentro de la aldea y que los ninjas estaban desorganizados pero lo casual era que siempre hubiesen este tipo de comentarios, pero de todas formas era necesario que se averiguase con diligencia la veracidad o la falsedad del argumento enunciado. Ya que aun no le habían abierto la puerta el feudal decidió dar aviso de su presencia mediante su voz.
-Disculpe, ¿Puede abrir?